lunes, 16 de mayo de 2011

Estadios hay muchos Catedral solo una.

Quién quiera respirar fútbol en su más pura esencia que vaya a San Mamés, la catedral del fútbol. En San Mamés no sólo se puede ver fútbol, también puede sentirse, respirarse.
En sus 90 años de historia ha sido testigo de grandes acontecimientos, de innumerables mitos y leyendas: Pichichi, Zarra, Gainza, Iribar...
El 21 de Agosto de 1913, el nuevo campo tubo su primer partido en el que el Athletic tuvo como rival al Racing de Irún en un torneo inaugural. La expectación que suscitó fue tal que las 3.500 plazas del flamante campo no fueron suficientes para dar cabida a todos los aficionados.

El primer gol del nuevo campo fue, como no, de uno de los más grandes de la historia rojiblanca, Rafael Moreno "Pichichi".

San Mamés era un campo colosal para aquella época. Contaba con seis filas de fondo en su tribuna de madera y los palcos y el terreno de juego estaban rodeados por macizos de flores. Tenía un elegante estilo inglés.

Pronto las 3.500 plazas del estadio se quedan pequeñas para dar cabida a todos los aficionados y se amplía la capacidad del campo a 9.500 espectadores.
A principio de los años 50, San Mamés contaba con 35.000 espectadores que seguían llenando domingo tras domingo todo el aforo. De esta manera en 1952 se construyó la tribuna central adornada con un original arco que se ha convertido en todo un símbolo. Con la nueva tribuna, se incrementó el aforo en aproximadamente 15.000 plazas situando el aforo de "La Catedral" en 47.000 plazas.

Un estadio con el carisma de San Mamés fue sede del mundial que en 1982 se celebró en España.
Inglaterra pudo presumir de estrenar el nuevo aspecto del campo y de llenar sus 46.223 localidades en la primera fase del mundial imponiéndose a todos los rivales que se le pusieron por delante en dicha fase: 3-1 a Francia, 2-0 a frente a Checoslovaquia y 1-0 contra Kuwait. Y es que el aspecto inglés del estadio hizo que los británicos se sintieran como en casa.

En la década de los 90, la FIFA aprobó una directiva por la que todos los campos que se construyeran como los anteriores a la fecha de su aprobación tenían que contar con todas sus plazas sentadas para prevenir los riesgos que las aglomeraciones y avalanchas pudieran causar.

San Mamés no podía ser menos y en 1997 se eliminaron las aproximadamente 10.000 plazas que quedaban de pie, así como las molestas vallas que separaban las gradas del terreno de juego. Con esta última modificación, "La Catedral" vio reducido su aforo de 46.223 espectadores a las 40.000 plazas actuales, pero manteniendo el aspecto señorial que le caracteriza.

El futuro de San Mamés es incierto. Se habla de un nuevo campo para poder dar cabida a todos los aficionados que domingo tras domingo acuden a San Mamés, pero aún disponiendo de otro nuevo emplazamiento y mientras sus gentes sigan acudiendo el espíritu de San Mamés seguirá vivo dentro de nuestros corazones.

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